
- Roberto García Prieto asume la dirección de la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos Guillermo Heras: una designación necesaria en un contexto de incertidumbre estructural
A escasos meses de la celebración de su 33ª edición —que tendrá lugar del 7 al 16 de noviembre—, la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos Guillermo Heras, una de las citas más longevas y relevantes de la dramaturgia nacional, designa finalmente a su nuevo director: el gestor cultural, dramaturgo y director escénico valenciano Roberto García Prieto. La noticia, recibida con reconocimiento en el sector, llega nuevamente tarde, reeditando la tónica de incertidumbre que cada año envuelve la organización de una muestra esencial para la escena contemporánea española, y particularmente para la ciudad de Alicante.
La designación de García Prieto, que sustituye a Mónica Pérez Blanquer tras dos años al frente, representa un nombramiento de solvencia contrastada. Sin embargo, lo verdaderamente urgente es que las instituciones implicadas —INAEM, Diputación de Alicante, Institut Valencià de Cultura, Ayuntamiento de Alicante y SGAE— asuman el compromiso de dotar a la Muestra de una estructura sólida y previsión plurianual. No es sostenible que, más de tres décadas después de su fundación por Guillermo Heras, la continuidad del proyecto siga dependiendo del calendario político y la improvisación presupuestaria.
En esta edición, y a iniciativa del INAEM, se pondrá el foco en las artes escénicas de la Comunitat Valenciana, en un intento de visibilizar y reforzar las redes locales, profundamente afectadas por la DANA de 2024. Esta orientación territorial conecta con el conocimiento profundo que García Prieto tiene del tejido escénico valenciano, tras haber sido director adjunto de Artes Escénicas del Institut Valencià de Cultura entre 2017 y 2024. Desde ese cargo impulsó espacios fundamentales como el Laboratorio Ínsula Dramataria, Dansa València, Sagunt a Escena o la programación estable en teatros clave de las tres provincias.
Además, su trayectoria como dramaturgo —con títulos destacados como Scout, Joan, el Cendrós, Follow-me o La guerra dels mons 2.0— aporta una mirada autoral imprescindible para una muestra que precisamente reivindica la dramaturgia viva y contemporánea del Estado español.
Sin embargo, la elección de un buen director no puede seguir funcionando como una solución de último minuto a un problema estructural. Alicante no puede permitirse perder una herramienta cultural que lleva más de 30 años convirtiendo la ciudad en epicentro de la autoría escénica estatal. Es momento de sentar las bases de una gobernanza cultural clara, profesional y con visión de futuro. De lo contrario, el legado de Guillermo Heras, y el esfuerzo colectivo de tantas compañías, programadores y autoras que han dado sentido a esta cita, seguirán en peligro de desvanecerse cada mes de junio.
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