
El futuro de la Muestra de Teatro en Alicante se enfrenta a una creciente incertidumbre, especialmente tras la trágica muerte de Guillermo Heras, quien fue un defensor clave de este importante evento cultural. A pesar de que la Muestra es uno de los pilares de la escena teatral contemporánea en España y un referente cultural al final del año, las instituciones implicadas siguen sin dar señales claras de compromiso para garantizar su continuidad a largo plazo.
El evento, que atraviesa una de sus etapas más complicadas, sigue dependiendo de una serie de gestiones institucionales que aún no se concretan. Aunque se ha asegurado que la edición de 2025 se celebrará, las administraciones locales, regionales y el Ministerio de Cultura aún deben determinar varios aspectos clave: la nueva dirección del certamen y el presupuesto con el que se contará. A pesar de la crisis administrativa que marcó el 2024 y los recientes cambios en el Ministerio, lo cierto es que aún falta una definición clara de las responsabilidades.
La Diputación de Alicante, que es una de las entidades más implicadas en la organización, ha reiterado su voluntad de seguir apoyando el evento, aunque no deja de ser preocupante que, tras la marcha de la anterior directora, Mónica Pérez Blanquer, la gestión de la programación siga sin ser asignada. Esto ha generado un vacío de dirección que, según muchos, ha afectado la visibilidad y el impacto de la Muestra.
Las administraciones deberían estar tomando cartas en el asunto, pero el hecho de que, en marzo, se realice una reunión crucial para definir el futuro, es una clara señal de la falta de planificación a largo plazo. No sólo la dirección está en juego, sino también la seguridad del presupuesto que, año tras año, se ve condicionado a los vaivenes de las políticas públicas y los cambios en el Ministerio.
El dinero que se ha aportado hasta ahora, entre las contribuciones del INAEM, la Diputación y otros organismos como el Ayuntamiento y la Generalitat, no parece suficiente para asegurar una continuidad estable. Además, el hecho de que el Ministerio de Cultura esté en proceso de una reforma estructural, con la creación de una nueva dirección en el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), añade más incertidumbre.
Mientras tanto, las voces del sector, tanto de los profesionales de las artes como del público, se alzan en busca de un compromiso real de las instituciones. La Muestra de Teatro en Alicante, que ha logrado superar la crisis del año pasado, no debería depender de una serie de decisiones que se toman a última hora, sino de una planificación constante y coherente que garantice su estabilidad. Sin un respaldo firme por parte de las administraciones implicadas, el evento podría perder no solo su relevancia cultural, sino su propia existencia como un referente clave para la escena teatral española.
El tiempo de los compromisos vagos ha terminado. Las instituciones deben actuar de manera decidida, sin más dilaciones, para que la Muestra de Teatro no sea solo un acto cultural efímero, sino un evento consolidado que refleje el compromiso real de las administraciones con la cultura.
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