
El proyecto de reurbanización del entorno de La Almadraba promete un «nuevo espacio natural» de 25.000 metros cuadrados y una mejor conexión de la ciudad con la costa. Sin embargo, la intervención plantea serias dudas sobre su impacto real en el ecosistema de la zona.
Bajo el argumento de la «renaturalización», la actuación incluye sendas peatonales, un quiosco y un nuevo edificio municipal, entre otras infraestructuras. Pero no todo se mide en términos estéticos o de accesibilidad. La verdadera regeneración del litoral debería centrarse en la preservación de la calidad del agua, la protección de la posidonia y otras especies vegetales, así como en un turismo verdaderamente sostenible.
El plan forma parte del modelo de ciudad Alicante 4D y se enmarca en el Plan Territorial de Sostenibilidad Turística en Destino, con una inversión de 5,1 millones de euros financiados parcialmente con fondos europeos. Sus responsables aseguran que contribuirá a desconcentrar el flujo de visitantes en las playas urbanas y a mejorar la adaptación al cambio climático.
Sin embargo, la proliferación de intervenciones en el litoral alicantino –como el paseo de los Mártires de la Libertad, la reurbanización de la avenida de Niza o las actuaciones en La Albufereta-Serra Grossa– dibuja un panorama donde la «integración» de la ciudad con el mar corre el riesgo de traducirse en una saturación del espacio natural.
Entre las medidas anunciadas destacan un sistema de drenaje para controlar la escorrentía y la instalación de mobiliario urbano, juegos infantiles y pasarelas. También se trasladará un quiosco fuera del Dominio Público Marítimo Terrestre y se sustituirá un edificio municipal por otro semienterrado.
Más allá del discurso de modernización, es fundamental preguntarse si estas actuaciones responden realmente a las necesidades de conservación del entorno o si, por el contrario, desnaturalizan aún más la costa alicantina en nombre de un embellecimiento que no siempre tiene en cuenta el equilibrio ecológico.
Está previsto que el acceso peatonal a la playa de La Almadraba se habilite la próxima semana y que se instalen aseos provisionales para su uso en Semana Santa y verano. La pregunta es: ¿qué playa quedará después de tanto intervencionismo?
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