
El conflicto laboral entre la plantilla de la contrata de limpieza viaria y recogida de residuos de Alicante y la empresa adjudicataria, la UTE Netial, sigue escalando mientras el Ayuntamiento se mantiene al margen, pese a que está en juego uno de los servicios públicos más básicos y visibles. Todo esto, a pesar de que los ciudadanos pagan cerca de 58 millones de euros anuales por este contrato, adjudicado en 2021 por un total de 286 millones para cinco años.
La situación laboral del personal es crítica. La plantilla denuncia precariedad, pérdida de poder adquisitivo tras una década sin subidas salariales reales y la falta de personal que impide cubrir adecuadamente las necesidades de la ciudad. Aún así, desde la empresa apenas se plantean subidas salariales que superen el 1% en los próximos años, mientras el Ayuntamiento guarda silencio.
Pese a la importancia de este servicio y al volumen de dinero público invertido, los problemas se acumulan. Durante la pasada Semana Santa, apenas un 20% de la plantilla estuvo operativa según denuncias sindicales, dejando barrios enteros sin limpiar durante días. Mientras tanto, los refuerzos temporales se concentraron en las zonas más turísticas, priorizando la imagen de postal frente al bienestar diario de los vecinos.
La amenaza de huelga se materializará los días 16 y 17 de junio, con carácter indefinido a partir del 25 si no se alcanza un acuerdo. Todo esto justo después de las fiestas de las Hogueras, en pleno pico de generación de residuos.
Es preocupante que con un contrato de estas dimensiones, no se garantice un servicio digno ni se prioricen condiciones laborales adecuadas. Más aún cuando el Ayuntamiento, lejos de asumir su responsabilidad como adjudicador del contrato, afirma que se trata de un problema entre la empresa y los trabajadores, sin aclarar ni siquiera cuál fue el operativo de limpieza durante los días festivos.
Una inversión de casi 60 millones de euros anuales no debería traducirse en contenedores desbordados, calles sucias y trabajadores exhaustos y mal remunerados. Si este es el resultado del contrato de limpieza más caro de la historia de Alicante, cabe preguntarse: ¿en qué se está gastando realmente el dinero público?
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