
Cuando los trámites administrativos se convierten en héroes insospechados…
Por una vez, la burocracia, esa bestia insaciable de formularios infinitos y sellos caducados, podría haber hecho algo bueno por la sociedad. Alicante podría librarse de unos jugosos macrodepósitos de combustible en su puerto gracias… a un glorioso error administrativo. Sí, has leído bien: ¡un fallo en la documentación podría salvarnos de toneladas de gasolina junto al mar! y de una probable explosión…
La empresa promotora del proyecto, XC Business 90 —un nombre que suena a gimnasio con protein shakes— ha cometido la audaz hazaña de solicitar licencia de obra para una superficie de 21.500 metros cuadrados. ¿El problema? El proyecto original mencionaba 17.900, y la parcela real, según la Autoridad Portuaria, solo tiene unos humildes 14.500 metros. Pero ¿quién cuenta los metros cuando hay tanto combustible por almacenar?
Este “pequeño” desliz en la calculadora puede ser justo lo que necesitaba la ciudad para frenar el proyecto.
El alcalde, Luis Barcala, ha confirmado que el Ayuntamiento está investigando a fondo este “baile de cifras” para ver cómo usarlo a su favor. Ya no hablamos solo de recursos legales ni del silencio administrativo positivo que forzó la concesión de la licencia ambiental. Ahora es que la empresa se ha tropezado sola. Una especie de autogol urbanístico.
Y lo mejor: este bendito error puede ralentizar todo. ¡Milagro! Por una vez, que un expediente se retrase podría ser una buena noticia. De hecho, si la cosa se alarga lo suficiente, podría incluso denegarse la licencia de obra por silencio administrativo negativo. Así, con un poco de suerte y mucha papeleta, Alicante podría librarse de tener un polvorín junto a su costa.
Mientras tanto, el Puerto también ha dicho que estos depósitos son “incongruentes” con su hoja de ruta. Lo que se traduce como: “esto no lo queríamos ni nosotros, pero la bola ya venía rodando”.
En resumen, Alicante podría celebrar un triunfo épico gracias a una métrica mal escrita. ¿Quién diría que el caos burocrático podría ser, por una vez, el héroe que necesitamos?
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