
Innovar es resistir…
En un momento histórico en el que los derechos del colectivo LGBTQ+ se ven amenazados por discursos retrógrados y políticas regresivas en distintas partes del mundo, un nuevo estudio viene a recordarnos una verdad poderosa: la diversidad no solo es un valor ético, sino una fuente inagotable de innovación. Las empresas que apuestan por la inclusión LGBTQ+ no solo están del lado correcto de la historia, también están liderando el futuro.
Una investigación conjunta de la Universidad de Aalto y la Universidad de Vaasa ha demostrado que las grandes compañías estadounidenses con políticas inclusivas hacia las personas LGBTQ+ son significativamente más innovadoras. ¿Cómo se mide esto? A través del número y la calidad de sus patentes: más invenciones, más originales, más influyentes y con mayor alcance internacional.
Según el estudio, por cada avance en el Índice de Igualdad Corporativa (CEI), un indicador que evalúa el grado de inclusión LGBTQ+ en empresas, la cantidad de patentes aumenta en un 20 %, y las citas a esas patentes —una medida clave de su impacto— crecen casi un 25 %. Esto no es casualidad, es causa y efecto.
“La inclusión fomenta la creatividad. Cuando las personas pueden ser auténticas en sus lugares de trabajo, sin miedo a represalias o discriminación, florecen ideas nuevas y se impulsa el pensamiento original”, explica Jukka Sihvonen, investigador de la Universidad de Aalto. No es solo teoría: los datos, que abarcan más de una década de análisis (2003–2024), son contundentes.
Y lo más revelador: estos beneficios se observan incluso en contextos conservadores. “No es un fenómeno exclusivo de estados progresistas. La relación entre inclusión y rendimiento innovador se mantiene en todo tipo de entornos”, señala Sami Vähämaa, coautor del estudio. Esto demuestra que el impacto de la diversidad no depende de la geografía, sino del compromiso real con la igualdad.
En una época en la que conceptos como diversidad, equidad e inclusión (DEI) son usados como blanco por ciertos sectores políticos y mediáticos, estos hallazgos ofrecen una defensa empírica —y contundente— de su valor. Invertir en inclusión no es solo una cuestión de derechos humanos, también es una decisión estratégica para quienes quieren liderar mercados, transformar industrias y construir futuro.
Porque en un mundo donde se intenta silenciar nuestras voces, cada espacio ganado es una trinchera. Y cada empresa que abraza la diversidad demuestra que innovar también es resistir.
Referencias
LGBTQ-friendly employee policies and corporate innovation
Universidad de Aalto & Universidad de Vaasa
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