
Este fin de semana, del 9 al 11 de mayo, el Monte Tossal vuelve a latir al ritmo del arte, la música y los sueños compartidos. Vuelve Alacant Desperta, el festival autogestionado que, año tras año, demuestra que otra cultura es posible: libre, abierta, diversa y profundamente viva.
Nos gustaría que Alacant Desperta fuera mucho más que un festival. Que fuera una referencia estatal. Una cuna de artistas, de creadoras, de nuevas ideas. Un punto de partida para repensar la cultura y dignificarla. Y aunque aún queda camino por recorrer, este sueño colectivo ya está en marcha, impulsado por cientos de personas que creen en el poder del arte como herramienta de transformación social.
Este año, además, cobra una importancia especial. Mientras se redacta el nuevo Plan General de Alicante —ese documento que dibujará el futuro de la ciudad para décadas—, se ha excluido a la ciudadanía de su diseño. Y eso nos interpela. Porque no se puede decidir una ciudad sin contar con quienes la viven, la cuidan, la sueñan y la construyen día a día. Por eso Alacant Desperta también es ahora una oportunidad: para levantar la voz, para visibilizar causas, para mostrar que otra ciudad es posible, más participativa, más verde, más creativa, más justa.
Alacant Desperta es un reflejo de lo que podemos construir cuando nos juntamos por amor al arte, sí, pero también por amor a lo común, por el deseo de sembrar algo que florezca más allá de estos tres días. Porque la cultura no es un lujo, es una necesidad. Y celebrarla, defenderla y repensarla también es parte del camino.
Como todo espacio libre y comunitario, el festival tiene sus retos. Pero también es un laboratorio de imaginación, donde se mezclan propuestas, generaciones, sensibilidades. No es perfecto, y precisamente por eso está vivo. Porque se cuestiona, se transforma y se abre a quien quiera sumar con nuevas miradas, propuestas, luchas.
Ojalá este año, al subir al Monte Tossal, veamos más voces nuevas, más niñas con brochas en la mano, más chavales rimando en un micro abierto, más barrios presentes, más causas locales resonando en los escenarios y más ideas plantándose en talleres, jams, asambleas, debates… Porque Alicante está llena de talento y de urgencias, y este festival puede ser el altavoz de ambas cosas.
Es cierto que competir con la agenda cultural de la ciudad es un reto. Pero también es cierto que Alacant Desperta ofrece algo que no cabe en una sala con taquilla: la magia de lo espontáneo, la alegría de lo colectivo, la potencia de lo que se hace con las manos, con el corazón y con la convicción de que soñar juntas vale la pena.
Así que no te lo pienses mucho. Este fin de semana, vente al Tossal. Júzgalo por ti mism@. Baila, pregunta, participa. Respira arte, pero también actúa. Porque despertar tres días es importante, pero imaginar el resto del año también. Y para eso, necesitamos estar ahí. Tod@s.
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