
A la tercera va la vencida. O eso dicen. Porque tras dos intentos fallidos de Plan General en Alicante, esta nueva propuesta se ha presentado hoy como la definitiva. Aunque consultados algunos de los agentes más importantes de la realidad socio-cultural, medioambiental y de otras disciplinas alicantinas, pocas han sido consultadas al respecto. A muchos, y muchas, ni siquiera los han invitado a la presentación de hoy.
Como es rutina en el Gobierno de esta ciudad, todo viene precedido de grandes palabras, lemas redondos, y un portal web bien diseñado. Pero cuando uno rasca un poco en la superficie del eslogan «Un plan contigo», la sensación que queda es otra: un plan contigo, pero sin ti. Y al señor alcalde le ha fallado el subconsciente iniciando el discurso confundiendo a la Concejala de Urbanismo con la de Turismo. Es una anécdota, pero el interés de la gente en su ciudad, aunque algunos no se lo crean, es innegable viendo que siendo una hora tan horrible se haya llenado el Auditorio de la Puerta Ferrisa.
*antes de seguir, decir que a esta hora, no hay rastro de los dos documentos que os compartimos en la portada de la web municipal. Y tampoco los hay en las redes del consistorio, siendo mañana los talleres.
¿Qué se necesita legalmente para un Plan General?
Esencialmente, dos piezas: el Plan General Estructural (PGE) y el Plan de Ordenación Pormenorizada (POP). El primero define la gran foto: cómo se estructura el territorio, dónde se puede crecer, cómo se distribuyen las infraestructuras y los usos del suelo. El segundo baja al detalle: usos concretos, alturas, equipamientos y zonas verdes a nivel de barrio.
Lo curioso aquí, es que parece haber ya un borrador de este segundo. Que ya se ha optado por el cemento, la ciudad radial y cosas que dejan ciertos espacios abiertos a la más absoluta subjetividad. Porque se «omite», o se relativiza, el hecho de que la ley también exige evaluación ambiental estratégica, consulta pública efectiva, y transparencia en la toma de decisiones. Y ahí es donde empiezan los matices.
Una participación de calendario imposible
La encuesta está abierta hasta el 15 de mayo. Un periodo que, casualmente, coincide con Semana Santa, el 1 de mayo y la Santa Faz. ¿Cuántas personas reales van a tener tiempo y cabeza para leer el documento de 50 hojas con lenguaje técnico hoy , para asistir, mañana (martes a las 10.30h)a los talleres y opinar de forma mínimamente informada?
Los talleres y las charlas no se graban ni se emiten en streaming (aunque deberían). Quien quiera participar, que se lo monte como pueda. Y a eso lo llaman proceso participativo. Eso y que convendría pensar que de los que hoy poblábamos el Auditorio de la Puerta Ferrisa, hay muchos que en 20 años estarán cerca de criar malvas (con todos los respetos)… Un plan para todos debe implicar a gente de todas las edades. Y en un mes, no se llega al 100% de los alicantinos con un documento perdido en una página web nueva que ni siquiera posicionan en Google, ni enlazan desde la página y las redes municipales, ni se ha publicitado como debe desde este «minuto 1» del futuro.
Cinco puntos y un deja vu
El documento previo identifica cinco grandes líneas de actuación. Si lo vendieran como un principio, o un borrador ¡Cojonudo! Pero hablamos de todas las líneas de actuación de los próximos 25 años y eso, aparte de la esencia genérica de movilidad, sostenibilidad, vivienda, barrios e infraestructuras verdes debería incluir matices que no se tratan en talleres de media hora, dos turnos de preguntas y dos sesiones como esta. Pero, claro está que la ambición formal no siempre casa con el contenido.
¿Dónde están las referencias claras al cambio climático, al aumento del nivel del mar, a la gestión del agua? ¿Cómo se va a adaptar Alicante a veranos de 45 grados, a la ausencia de árboles y escasez hídrica crónica? ¿Qué pasa con la ciudad real, la de los barrios abandonados, los locales vacíos, los vertidos, el urbanismo de escaparate? ¿Y la cultura? ¿Y el patrimonio? ¿Y el tipo de Turismo? ¿y todos los proyectos desordenados abandonados en la basura?
Más cemento, menos ciudad
El único dato concreto de todo el plan expuesto hoy es que habrá 32.700 viviendas nuevas. Porque claro, la población crecerá. Pero no hay una palabra sobre los más de 20.000 pisos vacíos ya construidos. Tampoco sobre quién va a poder vivir en esas casas al paso que se están desnivelando el precio in crescendo de las cosas y la «riqueza» del Alicantino medio. La apuesta sigue siendo el crecimiento por el crecimiento: cemento, más cemento, parking disuasorio de brea en esta ciudad árida y una ronda metropolitana nueva para que el tráfico no moleste al litoral.
La infraestructura verde queda relegada al extrarradio. La ciudad compacta que se promete, en realidad, se parece más a una expansión en red hacia el exterior, con las zonas verdes haciendo de colchón… lejos de donde vive la mayoría.
El expediente, cumplido
La sensación es esa: se está cumpliendo expediente. El proceso participativo existe, pero está diseñado para que apenas participe nadie. La información existe, pero es tan genérica que no compromete a nada. Y mientras tanto, el único objetivo real que se concreta es construir más.
El Plan General debería ser una oportunidad para repensar la ciudad. Para adaptarse a un futuro radicalmente distinto al presente. Para planificar con visión de justicia social, climática y territorial. Pero este primer borrador —aunque sin duda trabajado por técnicos competentes— parece más una justificación del urbanismo de siempre con palabras nuevas. Otro dejavú para tomar otra decisión precipitada y parcial.
¿Será esta vez la vencida? Ojalá. Pero para que lo sea, hará falta mucho más que una web bonita y talleres a las cinco y media de la tarde.
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