
El Consell ha anunciado un convenio entre la Generalitat y la Diputación de Alicante para mejorar la atención sanitaria en salud mental, pacientes crónicos y de larga estancia. Como parte del acuerdo, se inicia el proceso de cesión de las infraestructuras del Hospital Doctor Esquerdo a la Generalitat, con el objetivo de reforzar la asistencia a quienes padecen enfermedades mentales.
Sin embargo, este tipo de medidas, aunque necesarias, siguen sin abordar el problema de raíz: la falta de una verdadera estrategia de prevención y el desconocimiento social sobre las causas del malestar psíquico. La precariedad laboral, la inestabilidad económica y la falta de perspectivas de futuro están generando una crisis emocional sin precedentes, especialmente entre los jóvenes. La salud mental no puede tratarse únicamente como un problema asistencial, sino como un reflejo de un sistema que no garantiza el bienestar de la población.
Este convenio promete mejoras en la atención de la salud mental infantil y juvenil, así como para personas con trastornos de la personalidad, de la conducta alimentaria y patología dual. También se habilitarán espacios para hospitalización de media estancia. En total, se prevé la creación de una Unidad de Hospitalización Psiquiátrica para la Infancia y la Adolescencia con 15 camas (actualmente hay solo 19 en toda la Comunitat Valenciana) y una Unidad de Hospitalización de Media Estancia para Trastornos de la Personalidad y de la Conducta Alimentaria con entre 15 y 20 camas cada una. A pesar de que estos recursos son bienvenidos, siguen siendo insuficientes para una comunidad con más de cinco millones de habitantes.
El Plan Valenciano de Salud Mental y Adicciones 2024-2027 cuenta con un presupuesto de 724 millones de euros, el mayor en la historia de la Comunitat. Este plan incluye la creación de nuevas unidades de hospitalización infantil y juvenil, hospitales de día y unidades de detección precoz en el ámbito escolar. Además, contempla la ampliación de la plantilla con 200 nuevos profesionales, lo que supone un crecimiento del 21,4 % en el personal de salud mental.
Pero, ¿realmente estamos invirtiendo donde hace falta? El refuerzo de la atención psiquiátrica es esencial, pero sin un cambio estructural, sin condiciones de vida dignas y sin una educación emocional real, solo estamos aplicando parches a un problema que seguirá creciendo. La salud mental no se soluciona solo con camas y diagnósticos, sino con políticas que garanticen estabilidad, oportunidades y una comprensión más profunda de qué significa la felicidad en nuestra sociedad. Alicante, al igual que el resto del mundo, tiene aún un largo camino por recorrer.
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