
El Ayuntamiento de Alicante está a punto de aprobar sus presupuestos para el 2025 en un pleno extraordinario el próximo 5 de marzo. Sin embargo, el proceso ha estado marcado por la influencia de Vox sobre el Partido Popular, que ha aceptado sus enmiendas a cambio de su apoyo. Esto ha supuesto la eliminación total de las partidas destinadas a Igualdad y políticas LGTBI, desviando esos fondos a iniciativas como políticas provida, la creación de una oficina de atención a cuidadores de dependientes, el incremento de ayudas al alquiler joven y la financiación de un Museo de la Semana Santa y a los toros (que no a la cultura).
Lejos de buscar acuerdos que beneficien a la ciudadanía, la dinámica política en Alicante se ha convertido en un pulso entre dos bloques claramente enfrentados, incapaces de ceder para lograr consensos mínimos. Mientras el equipo de gobierno cierra filas en torno a las exigencias de Vox, la oposición se limita a criticar sin proponer vías alternativas viables que faciliten la gobernabilidad de la ciudad. Igualito que en Alemania ¡Ehhhh!
El debate presupuestario ha evidenciado la falta de diálogo real entre las fuerzas políticas, una situación que no hace más que profundizar el estancamiento y alejar la política local de las necesidades reales de la ciudadanía.
El proyecto de presupuestos deberá exponerse al público durante un mes tras su aprobación inicial en el pleno extraordinario del 5 de marzo. Esto significa que no se aprobarán de forma definitiva hasta principios de abril. La evolución de este proceso definirá hasta qué punto la política en Alicante sigue anclada en la confrontación partidista, dejando en segundo plano el interés general de la ciudad.
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