
La lluvia es una gran aliada del campo. Las precipitaciones de marzo han traído importantes beneficios a la provincia de Alicante, contribuyendo a la recuperación de los acuíferos del sur de la Comunitat Valenciana y asegurando el riego de las explotaciones agrícolas hasta bien pasado el verano.
Las lluvias han permitido un ahorro significativo en el consumo de agua para riego y han mejorado las reservas de los embalses de cabecera del Tajo, como Entrepeñas y Buendía, que han alcanzado niveles que no se recordaban en dos décadas. Esto supone un gran alivio para el trasvase al río Segura y garantiza un mejor suministro en la Vega Baja y El Comtat.
El sector agrícola ha recibido con optimismo estas lluvias, que han favorecido todos los cultivos, especialmente las hortalizas de invierno como la alcachofa, la coliflor, el haba, el brócoli y el romanescu, alargando su campaña. También se han visto beneficiados los frutales y los cítricos, con suelos completamente hidratados que permiten un mayor desarrollo de los cultivos y un incremento en los calibres de los frutos.
En zonas como Agost, el agua acumulada ha supuesto un importante ahorro de riego, mientras que en la Marina Alta las precipitaciones han sido abundantes, asegurando una excelente temporada para los cultivos de la zona. Además, las lluvias han ayudado a limpiar los árboles y a reducir la incidencia de plagas como el tomicus y el Trips de Sudáfrica, que proliferan con el calor y la sequedad.
La fauna salvaje también se verá beneficiada, ya que la regeneración de los bosques evitará que especies como la cabra montesa, los ciervos y los muflones busquen alimento en los cultivos, como sucedía en años de sequía.
Por otro lado, la inversión en infraestructuras hídricas sigue siendo un tema de interés para el sector. Se analiza el presupuesto autonómico con la intención de mejorar las partidas destinadas a proyectos clave, como las obras del postrasvase Júcar-Vinalopó, que permitirán una gestión más eficiente del agua en la región.
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