
El Ayuntamiento de Alicante sigue demostrando una preocupante falta de compromiso con una movilidad sostenible, ignorando sistemáticamente las necesidades de quienes optan por la bicicleta o el transporte público. La red de carriles bici es un verdadero despropósito: con tramos peligrosos, mal conectados y otros que simplemente desaparecen sin explicación, como si fuesen una broma de mal gusto.
La situación en la fachada litoral es otro ejemplo de esta dejadez. A pesar de haberse inaugurado hace un año la esperada Vía Verde que conecta El Postiguet con la Albufereta, los ciclistas y usuarios de patinete no pueden completar el recorrido sin bajarse o circular por avenidas con tráfico denso. Desde el Club de Regatas hasta la mitad de El Postiguet, el Ayuntamiento prohíbe expresamente la circulación de bicicletas, obligando a los usuarios a caminar o arriesgarse a usar calzadas nada seguras.
Desde Alacant en Bici se denuncia esta actitud y se exige una alternativa segura: un carril bici segregado en La Cantera, aprovechando uno de los cuatro carriles de tráfico de la avenida de Villajoyosa. Pero el Ayuntamiento ni escucha ni actúa. No es solo este tramo: la conexión ciclista con Urbanova lleva más de diez años esperando, guardada en un cajón por el PP desde la legislatura pasada. Tampoco se ha querido incluir un carril bici en la futura reforma de la avenida de Aguilera, a pesar de tener espacio de sobra.
Mientras tanto, los talleres ciudadanos organizados en el marco del nuevo Plan Estructural revelan lo que todo el mundo sabe menos el equipo de gobierno: Alicante necesita urgentemente más zonas verdes, más espacios peatonales y, sobre todo, una apuesta firme por el transporte público y la bicicleta. Desde la Plataforma Movilidad Sostenible L’Alacantí se insiste en que sin un sistema público eficiente, amplio y bien conectado, será imposible avanzar. Y aún así, hay un miedo muy real a que todas estas propuestas ciudadanas terminen, una vez más, en saco roto.
Alicante no puede permitirse seguir de espaldas a su ciudadanía ni al futuro. La movilidad sostenible no es un capricho: es una necesidad.
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