
Filosóficamente, prohibir debería estar prohibido. Pero a veces, como público, uno se cansa supinamente de pagar 50, 100 o más euros por una entrada y no poder ver el escenario porque el de al lado está más pendiente de grabarlo todo con su móvil que de vivirlo. Y aunque el recuerdo personal importa, los detalles de algo por lo que se ha pagado —y que ocurre en vivo, irrepetible— deberían quedar ahí, en la retina y el corazón.
La cantante estadounidense Sabrina Carpenter parece haber llegado a una conclusión similar. En una reciente entrevista con Rolling Stone, reveló que está considerando prohibir el uso de teléfonos móviles durante sus conciertos. La idea le surgió tras asistir a un espectáculo de Silk Sonic en Las Vegas, donde los asistentes debían guardar sus teléfonos en fundas selladas. La experiencia —según Carpenter— fue más auténtica, más íntima y profundamente conectada con el público. Aun así, admite que imponer esa medida «enfadará a sus fans».
Este movimiento no es nuevo. Bob Dylan, eterno inconformista y pionero en más de un sentido, fue uno de los primeros grandes artistas en adoptar esta política, exigiendo en sus últimas giras que los conciertos fueran vividos y no grabados. Le siguieron otros nombres como Jack White y Ghost, convencidos también de que la música en vivo debe experimentarse con los sentidos, no a través de una pantalla.
Carpenter, que acaba de anunciar su nuevo álbum «Man’s Best Friend» (disponible el 29 de agosto), considera que si va a seguir actuando durante muchos años, quiere hacerlo sin distracciones, con autenticidad, y respetando el momento único que es cada concierto.
Eso sí, si se pide al público que apague sus cámaras, las bandas también tienen una responsabilidad: la de poner en valor el trabajo de fotógrafos y videógrafos profesionales. Compartir sus imágenes, sus videos, devolverle algo al público que, aun sin grabar, quiere recordar.
Y si el teléfono se queda en el bolsillo por una noche, quizás volvamos a lo esencial: música, piel, y presencia. Que es en lo que suponemos que esto consiste
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