
Dicen que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla… salvo que la embotellen. En Villena, más de uno ha pensado que si en 1525 hubiese existido la Imperator Civitas, el mismísimo Carlos I se habría ahorrado unos cuantos disgustos europeos. Porque, seamos sinceros: una buena cerveza hace más por la diplomacia que cien tratados.
Este viernes 17 de octubre, el Mercado Municipal se convertirá en un pequeño Sacro Imperio Cervecero. Allí, a las 18:30 h, se alzarán copas en honor a los 500 años de Villena como ciudad, y también en honor a la gente que sabe que brindar es un acto tan civilizado como declarar la paz… pero sin Trump, Netanyahu… y, eso sí, con más espuma y mejor sabor.
La nueva brown ale de El Refugio de la Cerveza promete unir a Europa bajo un trago noble, tostado y con historia. Una edición limitada —500 botellas numeradas, una por cada año de Villena— que rinde homenaje a aquel decreto imperial que cambió el destino de la villa. Lo que Carlos I no imaginó es que, medio milenio después, su legado se serviría fría y con cuerpo maltoso.
Quizá si en las cortes del siglo XVI se hubiera hablado menos de territorios y más de cebada, el mapa de Europa tendría menos fronteras y más terrazas. Porque cuando uno comparte birra, se disuelven los imperios… pero también las tensiones.
Así que ya sabes: este viernes, brindar no será solo un gesto festivo, sino un acto histórico. Villena cumple 500 años como ciudad y lo celebra como mejor sabe: con ingenio, ironía y una cerveza que, si hubiera existido antes, habría evitado más de una guerra y, seguro, más de una resaca política.
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