
La primera semana de abril ha venido cargada de música nueva y diversa, como para no saber por dónde empezar. Desde homenajes imprescindibles hasta revelaciones personales, pasando por mestizajes eléctricos, pop afilado, flamenco futurista, rock de autor o psicodelia underground. Diez discos que merece la pena escuchar con calma, con cascos o a todo volumen, en bucle o en orden aleatorio. Aquí va nuestra selección: Los Planetas con aliados de lujo, el esperado nuevo álbum de Leiva, el desparpajo lírico de Calatrava, la sensibilidad de Judith Nedderman junto a Pau Figueres, el universo subterráneo de Aló Presidente, el pop radiante de Colectivo DaSilva, las atmósferas cinemáticas de Roger Torné, la vuelta imponente de Queralt Lahoz, la madurez emocional de Veintiuno y el sonido bastardo de Danzón El Gato.
¿Te atreves con los diez?
1.LOS PLANETAS & CÍA – Super H (Homenaje al Super 8 de Los Planetas) (casa maracas + universal)
Treinta años después de Super 8, el disco que marcó un antes y un después en el indie estatal, este homenaje colectivo se convierte en algo más que un tributo: es una celebración generacional y un ejercicio de relectura emocional. Bajo el paraguas de Casa Maracas y con producción ejecutiva de Banin y Florent, el álbum reúne a una alineación estelar (Triángulo de Amor Bizarro, Carolina Durante, Alcalá Norte o El Mató a un Policía Motorizado, entre otros) que versiona con respeto y personalidad los diez cortes del original. No hay copia ni nostalgia fácil: hay reinterpretaciones que expanden el universo sonoro de Los Planetas, aportando matices contemporáneos, capas nuevas y una intensidad que conecta con oyentes de ayer y de hoy. Un disco puente entre lo que fuimos, lo que somos y lo que queda por sonar.
2. CALATRAVA – Copas, Espadas, Oros, Bastos (estudio mazmorra)
El debut de Calatrava es una mano ganadora: cuatro palos, cuatro estados de ánimo, cuatro formas de mirar al pop desde una ironía descarada y una ternura inesperada. Con letras que mezclan el costumbrismo castizo con referencias pop, tarot y calle, el grupo madrileño construye un disco breve pero certero, lleno de giros melódicos y estribillos pegajosos que se cuelan sin esfuerzo. Producido por Guille Briales en Estudi, el álbum suena crudo y directo, como una maqueta que no quiere pulirse más porque ya brilla así. Hay algo de Los Nikis, algo de Vainica Doble y bastante de una nueva generación que hace de la precariedad un estilo y del ingenio una bandera. Pop de barrio con filo, pero también con corazón.
3. LEIVA – Gigante (sony)
En su sexto disco en solitario, Leiva se sacude la piel del cronista melancólico para entregarse a una épica más luminosa, más abierta, casi cinematográfica. Gigante hace honor a su nombre: es ambicioso en lo sonoro, expansivo en arreglos y generoso en emociones. Con una producción impecable (compartida entre Madrid, México y Buenos Aires) y colaboraciones selectas como la de Natalia Lafourcade o Gaby Moreno, Leiva firma su trabajo más heterogéneo, donde caben los medios tiempos marca de la casa, pero también explosiones rítmicas, vientos, cuerdas y guiños al rock latinoamericano. Las letras, sin perder su honestidad sentimental, se vuelven más abstractas, más universales. Un disco que crece con cada escucha, que suena a consagración pero también a nuevo comienzo.
4.JUDIT NEDDERMAN & PAU FIGUERES – Judith Nedderman & Pau Figueres (mass edicions)
Lo que han creado Judith Nedderman y Pau Figueres es mucho más que un álbum colaborativo: es una conversación íntima entre voz y guitarra, entre raíz y presente, entre emoción y virtuosismo. En este disco homónimo, la cantante y el guitarrista tejen un universo sonoro delicado, donde cada silencio importa y cada nota tiene peso propio. El folk mediterráneo, el jazz, el flamenco y la música de autor conviven de manera orgánica, sin alardes, dejando que las canciones respiren. Hay momentos que rozan lo espiritual, otros que se sienten como una caricia. Es un trabajo que no busca epatar, sino acompañar, reconectar con lo esencial y celebrar la belleza de lo sencillo. Un disco para parar el mundo y escuchar con el alma.
5. ALÓ PRESIDENTE – Gestión de subsuelo (pink flamingos)
Desde los márgenes, Aló Presidente lanza un misil de postpunk ruidoso, afilado y profundamente político. Gestión de subsuelo no es un título al azar: el trío valenciano excava entre ruinas emocionales, estructuras podridas y distorsiones urbanas para construir un discurso tan crudo como lúcido. Guitarras disonantes, bajos densos y una voz que más que cantar, dispara proclamas, dibujan un mapa de tensiones existenciales y sociales en plena era del colapso. Publicado por Pink Flamingos, el disco se siente urgente, incómodo y necesario, como un grito desde el sótano mientras la fiesta continúa arriba. Influencias de El Columpio Asesino, Parálisis Permanente o Triángulo de Amor Bizarro sobrevuelan un álbum que no pretende agradar, sino remover. Y lo consigue.
6. COLECTIVO DASILVA – El sol (subterfuge)
Colectivo DaSilva se reinventa con El sol, un disco que fusiona pop, rock y la esencia de un sonido de autor marcado por la luminosidad y la introspección. La banda apuesta por una producción más depurada, pero sin perder ese carácter visceral que los caracteriza. Las letras, cargadas de simbolismos, hablan de luz, de oscuridad y de la búsqueda del equilibrio entre lo personal y lo colectivo. Las melodías, con toques de psicodelia y una narrativa muy visual, evocan paisajes sonoros donde cada nota parece iluminar una parte oculta del alma. Un disco que crece con cada escucha, donde el sol es tanto una metáfora como una realidad tangible, un faro que ilumina el camino, aunque a veces también deslumbre. Una propuesta fresca, sin perder la autenticidad, que coloca a DaSilva en un lugar privilegiado dentro del panorama indie actual.
7. ROGER TORNÉ – Dr Pearson (la catenària)
Con Dr Pearson, Roger Torné da un paso audaz hacia una sonoridad más experimental, una fusión entre la música de autor y las atmósferas electrónicas. El álbum se siente como un viaje introspectivo, donde las canciones parecen fluir como sueños alterados, a medio camino entre la realidad y la ficción. La producción es rica en texturas y capas, creando paisajes sonoros que van desde lo minimalista hasta lo expansivo, a veces inquietantes, otras veces cálidos y acogedores. Las letras, siempre inquietas y cargadas de incertidumbre, invitan a la reflexión, pero sin caer en la obviedad. Torné no se limita a la canción tradicional, sino que transforma cada pista en un pequeño microcosmos de emociones y sonidos. Un disco profundamente personal, pero con un toque universal, que demuestra que Roger Torné está dispuesto a explorar nuevos territorios sonoros sin perder su esencia.
8. QUERALT LAHOZ – 9: 30 PM (say it loud)
Con 9:30 PM, Queralt Lahoz se consagra como una de las artistas más prometedoras y originales de la escena actual. Su propuesta, una mezcla poderosa de flamenco, rap, soul y sonidos urbanos, redefine las fronteras de la música mestiza, cargada de fuerza y sentimiento. El álbum transmite una sensación de viaje nocturno, entre luces y sombras, donde cada tema se convierte en una pequeña historia sobre la identidad, la lucha y el deseo de trascender. Las letras son rotundas, inteligentes y sinceras, mientras que las producciones son contemporáneas, vibrantes y sofisticadas, sin perder la raíz flamenca que marca su sello personal. Queralt Lahoz no solo canta, sino que comunica, provocando una conexión visceral con su audiencia. 9:30 PM es un álbum que respira modernidad, pero con la mirada puesta en las tradiciones que la han moldeado, un trabajo que no solo conquista por su sonido, sino por su autenticidad.
9. VEINTIUNO – La balada de delirio y equilibrio (warner)
Veintiuno se adentra en su propio laberinto con La balada de delirio y equilibrio, un álbum que refleja las contradicciones inherentes a la existencia humana: lo emocional se mezcla con lo racional, el caos se enfrenta al orden. Musicalmente, la banda transita entre el pop melódico y el rock de tintes sombríos, sin perder nunca el foco en las letras profundamente líricas que exploran la angustia, el amor y la constante búsqueda de sentido. Las canciones fluyen con una elegancia cautivadora, como baladas que crecen hasta convertirse en himnos introspectivos. La producción, cuidada hasta el último detalle, enriquece cada pieza con capas que invitan a una escucha profunda. Es un trabajo maduro, donde Veintiuno demuestra una vez más su capacidad para crear música que es tanto cerebral como emocional, un equilibrio perfecto entre el delirio de la juventud y la sabiduría que solo se obtiene con la experiencia.
10. DANZÓN EL GATO – El sonido bastardo (lovemonk discos buenos)
Danzón El Gato llega con El sonido bastardo para romper todas las normas y expectativas. Este disco es un carnaval sonoro en el que la tradición y la vanguardia se entrelazan de una manera descarada y estimulante. Cada tema es una exploración de texturas, donde la improvisación juega un papel fundamental, pero siempre con una base sólida de groove y melancolía. Las composiciones son impredecibles y desafiantes, pero al mismo tiempo accesibles, con una densidad que solo se va revelando con varias escuchas.
*Los discos de las semanas anteriores: https://quefas.es/category/x-fas/10-discos/
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