
Era una tarde lluviosa de martes en Alicante, previa de festivo. El cielo encapotado y el pavimento reflejando los restos de la hermosa luz natural de la ciudad. Un clima perfecto para sumergirse en el arte mojándote, en el doble sentido de la palabra.
Mi primera parada fue en la exposición «Kara Walker. Burning Village», la mayor muestra realizada en España de esta artista norteamericana. Durante cuatro décadas, Walker ha explorado temas de raza, identidad, poder y deseo a través de sus impactantes siluetas. Las figuras recortadas en negro sobre blanco creaban escenas evocadoras y perturbadoras y lo mejor es la soledad y la parsimonia característica del MACA que te permiten resistirte, dedicarle el tiempo preciso a cada obra y sentir como el pasado, que no has vivido, te interpela para que vayas y vengas de una obra a otra.
Dejé para otro día los otros 3 pisos de maravillas… y la segunda parada me llevó al Centro Municipal de las Artes. Todavía queda un poso de pena cuando uno piensa en la repentina e inesperada muerte de Carlos Basalobre. Por eso, quizá esta «Ella» organizada por RGB Magazine 2020 #07, resulta, también, conmovedora. Es curioso el contraste entre estar aquí en hora laboral de los funcionarios, o cuando hay una proyección los viernes, y hoy que el silencio, aquí también, te regala esa paz que da estar ante las 184 fotógrafas y fotógrafos de la Provincia de Alicante que hasta la fecha han participado en alguno de los proyectos llevados a cabo por la revista. El mérito de la cámara y la imagen se ha intentado desvirtuar con el puto Instagram o las cámaras de los móviles, seguramente, por eso, es tan importante diferenciarlo como arte.
Después de un breve descanso en un café del Barrio de Santa Cruz, seguramente el más maravilloso museo al aire libre de Alicante, continúo mi particular viaje hacia el Centro Cultural Las Cigarreras. Allí, irónicamente, en una tarde de paraguas, «El Agua diluye mis palabras» vuelve a detener el tiempo, mientras la arquitectura efímera de Olivia Funes cobra vida. Su obra transdisciplinar crea un diálogo silencioso – otra vez- entre sus múltiples vivencias internacionales, reflejando su paso por Buenos Aires, Hong Kong y París.
Viajas sin moverte. No hace falta. Porque igual que el silencio, a veces, el hecho de estar quieto y contemplar lo que te rodea, ya , es en si, un aliciente para la tarde. La manera en que su obra integraba diferentes culturas y lenguajes me atrapó, llevándome a reflexionar sobre la fluidez de la identidad.
Bajé por los murales de San Antón, un barrio con historia escrita en sus paredes. Entre edificios de cemento, las obras urbanas de Toni Cuatrero y María Maraña destacaban como testigos de la vida cotidiana, entre lo bohemio y lo obrero. San Antón, pese a su oculta ubicación y su degradación pasada, tiene un color que contrarresta el diluvio que está cayendo. Las calles no son solo vías de paso, sino espacios vivos donde el arte emergía como un lenguaje propio.
Aunque estaba lejos, me apetecía ver el mar como broche final de mi particular paseo artístico fue en La Lonja del Pescado. Su Sala de Exposiciones acoge tres muestras simultáneas de escultura, fotografía, vídeo y sonido. Mar Solís, Rosa Muñoz y Gabriel Verderi presentan en un espacio amplio como lo que yo siento, propuestas distintas pero complementarias, ofreciendo una experiencia multisensorial que cerraba mi recorrido de manera magistral.
A pesar de la riqueza artística del día, aún quedaron pendientes espacios como el MUBAG, el Palacio Provincial, la Casa Bardin, la SEU o Vearte. Alicante es un lienzo de posibilidades, un lugar donde el arte respira en cada esquina, y siempre habrá una nueva exposición esperando ser descubierta.
- Visita «Kara Walker. Burning Village» en el MACA.
- La arquitectura efímera de Olivia Funes
- «Ella» la exposición de RGB magazine en Alicante
- Las 3 exposiciones de La Lonja
- Exposiciones en El Campello
- Exposiciones en el MUA
- Exposiciones de la SEU
- Umbral de sucesos en el Palacio Provincial
- Los murales de San Antón
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